domingo, 18 de diciembre de 2016

MOSTRARNOS COMO SOMOS

Mostrarnos como somos no es, por cierto, un acto de magia ni un dictamen de la voluntad. Se trata de la consecuencia de un viaje interior, aquel en el cual nos proponemos navegar en el universo de
nuestro ser, abiertos a lo que encontramos en él, deseosos de conocerlo y recibirlo con aceptación. Quien se conoce no se teme y quien no se teme tampoco teme a la mirada de los demás. Solo de este modo se abre ante ellos con toda su verdad.
Sergio Sinay

jueves, 17 de noviembre de 2016

ELOGIO A LA VIDA SENCILLA

El amor es sencillo (más que el odio) y la verdad es sencilla (más que la mentira). Un bosque es sencillo aunque nos perdamos en él, y perderse es sencillo aunque luego nos encontremos, y encontrarse es sencillo aunque luego a uno le cueste reconocerse en el espejo, y un espejo es sencillo aunque a su otro lado se abra un bosque impenetrable. Una vida sencilla no caza leones ni descubre las fuentes del Nilo, pero amansa las fieras interiores y, al hacerlo, consigue que todos los ríos, por caudalosos y remotos que sean, nazcan y desemboquen en nosotros. Una vida sencilla no saldrá en las portadas de los periódicos, pero será, invisible y secreta, el centro del universo.
Jesús Aguado

lunes, 17 de octubre de 2016

VIVIR, NACER A CADA INSTANTE

Vivir es nacer a cada instante. Nuestras células se renuevan continuamente, y eso deberíamos hacer también nosotros. La ciencia del siglo xxi muestra que todo lo vivo, desde el nivel celular, está dotado de sensibilidad. Y de algún tipo de inteligencia. Podemos llamarla inteligencia vital. La inteligencia connatural a todo lo viviente. No hay vida sin inteligencia ni inteligencia sin vida. Darnos cuenta de ello es una invitación a reconciliar la vida y la inteligencia, el cuerpo y la mente, y a reencontrar nuestro lugar en el mundo.
Jordi Pigem (filósofo)

miércoles, 24 de agosto de 2016

VIVE DESPACIO, VIVE MEJOR

¿Como es que vamos todo el día “con el turbo puesto” y apenas tenemos tiempo para nada? El mundo rápido en el que vivimos nos ofrece un billete de ida hacia la extenuación. Para el planeta y para quienes lo habitamos. Pero ¿existe otra manera de vivir, más plenamente? Sí, la hay y te proponemos que te unas a su pequeña gran revolución, silenciosa y sosegada.

Mientras el resto del mundo sigue rugiendo, una amplia y creciente minoría está inclinándose por no vivir con el motor acelerado al máximo. En cada actividad humana imaginable, desde el sexo, el trabajo y el ejercicio hasta la alimentación, la medicina y el diseño urbano, esos rebeldes hacen lo impensable: crear espacio para la lentitud. Y una buena noticia es que la desaceleración surte efecto. Resulta que hacer las cosas más despacio suele significar hacerlas mejor: salud, trabajo, familia, cocina, sexo... Todo mejor cuando se prescinde del apresuramiento. Pero el movimiento Slow no se propone hacer las cosas a paso de tortuga. La filosofía de la lentitud podrá resumirse en una sola palabra: equilibrio. Actuar con rapidez cuando tiene sentido hacerlo, y ser lento cuando la lentitud es lo más conveniente. Ser Slow significa que uno controla los ritmos de su vida y decide qué celeridad conviene en un determinado contexto, reivindicando el derecho a establecer nuestros propios tempos. Afirman que podemos vivir mejor si consumimos, fabricamos y trabajamos a un ritmo más razonable.
Carl Honoré

domingo, 3 de julio de 2016

QUERERNOS COMO SOMOS

Hay que observar las victorias pensando en los perdedores, porque en ellos están las claves del conocimiento. Quien gana no necesita moverse un ápice, pero quien pierde, sí. Celebrar los goles, pero celebrar de una manera profunda cada vez que el héroe cae, porque es ahí donde aprendemos a ser algo más que estatuas, desde al anonimato. Los brazos abiertos, los pequeños gestos cotidianos. Desde ser lo que somos, lo que sí podemos ser, dando valor a las manos tendidas, a las sonrisas, a las ojeras, a las estrías. Poniendo en cada cicatriz toda la potencia de una vida vivida, de un cuerpo y un estar en el mundo que, en tanto que vida, solo puede ser memorable.
Brigitte vasall

lunes, 30 de mayo de 2016

VAGÓN DE LA MEDITACIÓN

Alguien especial un día le contó que meditar era “escuchar tu corazón, buscar en tu interior”. Desde entonces, a ella oír hablar de meditación la embelesa. Intenta ser consciente del presente, observa con atención el mundo que la rodea, es su modo de caminar, de aceptar mejorar. La invita a la transformación, le regala sanación, y percibe el mundo como un lugar mejor. Se vuelve necesaria como el aire que respira y apasionante como el tacto necesario del amante.
Es como una espera a tras la barrera. Ves pasar el tren de alta velocidad, como la vida misma, sin tiempo de parar. Debes decidir el ritmo de la vida en el vagón que se te asigna o el tiempo de espera en la barrera que te aprieta. La velocidad te lastima pero la lentitud de la meditación te acaricia. Delante de la vía, el cuerpo te señala cuándo parar y, ante la vida,  la mente te indica cuándo meditar.
Ante tales vivencias, ante tales consejos, ella se detuvo, reflexionó, dejó pasar el tren expreso y decidió emprender un trayecto más lento, tan viejo como el tiempo, tan certero como que amanece en breves momentos, y comprendió que al meditar solo se es, el silencio se logra entender y se busca sin querer como compañero del nuevo tren.
Subes a a un vagón de destino incierto, pero de señales reales y un tanto espirituales. Te ayuda a mantener el equilibrio en cada movimiento, a aminorar la marcha del pensamiento. Las vistas que observas desde las ventanas se vuelven tan sencillas como magnificas. Puede llenar una vida de muchas otras perspectivas, de ángulos más amplios, el horizonte se ensancha.
“No hay manuales, solo respuestas individuales”, le dijo aquel viejo maestro. “Medita y alimenta tu alma, sosiégate y conseguirás la calma necesaria para acompañarla, silencia palabras, pronuncia miradas y si al meditar encuentras tu camino, el mundo será como una función principal, una premiére a estrenar, un sentido a crear y un gran papel que interpretar.
Elena Martínez

domingo, 24 de abril de 2016

Teoría paradójica del cambio

“El cambio se produce cuando la persona se convierte en lo que es, y no cuando trata de convertirse en lo que no es”, escribió el psiquiatra Arnold Beisser en lo que se conoce como su “Teoría paradójica del cambio”. La paradoja consiste en que cuanto más trata uno de ser lo que no es -el impulsivo quiere ser reflexivo, el tímido desea convertirse en extrovertido, el iracundo lucha por transformarse en una persona tranquila-, más permanece igual. Es al abandonar la lucha por ser otra cosa cuando, justamente, y paradojicamente, se produce el cambio: el impulsivo va pensando un poco más antes de actuar, el introvertido se va abriendo paulatinamente en su relaciones y el iracundo va mostrándose con más tranquilidad cuando algo le perturba. Solo la empatía y el respeto por nosotros mismos nos permiten ir dando alcance progresivamente a nuestros objetivos de cambio.
Sergio Huguet (Psicólogo y psicoterapeuta gestáltico)

sábado, 2 de abril de 2016

LA IMAGINACION MISMA

Hay quienes ven la naturaleza como algo ridículo y deforme y aun hay otros que ni siquiera la ven. Pero a los ojos del hombre con imaginación, la naturaleza es la imaginación misma. Pongamos un ejemplo de uno de los seres más prodigiosos de la naturaleza, el árbol: “El árbol que hace llorar de gozo a algunos no es, a los ojos de otros, más que un objeto verde que se interpone en su camino”.
Al andar por las calles, unos se fijan en los escaparates y otros admiran los automóviles.
Pocos contemplan los árboles. Y sin embargo ¿no son un prodigio mucho mayor que cualquier invención humana? Un árbol produce oxígeno, absorbe dióxido de carbono, fija nitrógeno, destila agua, aprovecha la energía solar de un modo mucho más eficiente que nuestras placas fotovoltaicas, genera azúcares complejos, crea un microclima, se convierte él solo en una escultura policroma y cambiante, produce madera, nos da color mientra vive y nos da calor cuando se trasforma en leña, cambia de tonalidad con las estaciones y se reproduce solo... ¿No tiene inteligencia? Ninguna tecnología humana se acerca de lejos a semejante suma de maravillas.
Jordi Pigem (Dr. en filosofía)

domingo, 31 de enero de 2016

LA FILOSOFÍA TE AYUDA A VIVIR MEJOR

En una época en la que se mide el valor de las cosas por su utilidad inmediata, la filosofía puede parecer un ejercicio para excéntricos. ¡Todo lo contrario! Conocer las reflexiones de los grandes pensadores es adentrarnos en una aventura estimulante que nos permite crear nuestra propia visión del mundo y, por lo tanto, ser más libres, menos manipulabres. Kant, Descartes y Epicuro están a tu servicio.
La filosofía nunca podrá reducirse a un manual de instrucciones para vivir mejor, pero te proporciona valiosas herramientas para configurar un visión del mundo autónoma y creativa, lo cual significa vivir mejor, con más libertad y criterio, sorteando las trampas de la manipulación y la autocomplacencia. Kant decía que el ser humano es un fin en sí mismo, nunca un medio. Cada individuo es irrepetible. En su interior, hay un universo que se despliega mediante la sensibilidad, el lenguaje, la razón, la imaginación. La filosofía es ante todo una pregunta que nos ayuda a construir nuestro propio universo.
Rafael Narbona

lunes, 11 de enero de 2016

PERSIGUE TUS OBJETIVOS

En 1932,abrumado por los pesares y la desesperación de sus pacientes, el psiquiatra W. Beran Wolfe resumió su filosofía con estas palabras: “Si observas a un hombre realmente feliz, lo encontrarás construyendo una barca, componiendo una sinfonía, criando a su hijo, cultivando dalias dobles en su jardín o buscando huevos de dinosaurio en el desierto de Gobi”. Tenía razón. Las personas que se esfuerzan por conseguir algo que para ellas es importante son mucho más felices que las que no tienen sueños. Si encuentras una persona feliz, encontrarás un proyecto.
Algunas personas se dedican a objetivos relacionados con trabajo, mientras que otras se aplican a dar más sentido a su vida familiar, social o espiritual. En realidad, el proceso de trabajar en pos de un objetivo es más importante para el bienestar que su consecución.